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Me preguntan mucho sobre el cuidado de las lámparas, y la verdad es mucho más fácil de lo que mis clientas y clientes se imaginan. Por eso, dividí este artículo según el material de tu lámpara, ¡para que ésta siempre reluzca!
Cómo limpiarlas: Las lámparas de metal se sacuden primero, después se pasa un paño húmedo solo con agua, y después, con otro paño, se secan. Intenta no dejarla húmeda para que no se marquen las gotas. Si tu lámpara de metal tiene un tratamiento con óxido, limpia las partes con el tratamiento con un paño y lo demás con otro (así el óxido no se pasa al resto de la pintura). Si ya lo hiciste, pasa un segundo paño húmedo por la parte solo con pintura.
En el caso de las lámparas de alambre, éstas se sacuden con un paño seco o se aspira (con aspiradora de manos). Si tiene una mancha, se pasa primero un paño húmedo y luego se seca (evita dejarla húmeda).
Éstas lámparas puedes ponerlas en el exterior, pero siempre bajo alero que las proteja de la lluvia. Así evitamos que se oxide. En caso de exterior, recomendamos modelos sin óxido.
Las de cestería y las de fibras naturales son muy fáciles, hay que sacudirlas o pasarle la aspiradora (de mano).
Si tienes una lámpara de cestería en el exterior, se lava con manguera y se deja secar al sol.
Muy fácil, las lámparas de madera simplemente se sacuden.
Si tienes dudas, escríbeme.
Abrazo, Claudia
